En un principio me pareció que podia ser complicada de hacer, pero una vez te pones, se tarda un ratín solo y el resultado es genial, además es una tarta que pega bastante con estos meses en los que ya comienza el calor, y se puede tomar incluso en semifrio, metiendola en el congelador y sacarla una hora antes de consumir.
Probad y me contais!!
Ingredientes:
Una base de bizcocho
Para la crema:
500gr de nata para postres
6 hojas de gelatina neutra
5 claras de huevo
380 gr de leche condensada
200 gr de leche
la piel de un limón
una ramita de canela
1 cucharada de canela en polvo
Poner la base de bizcocho en el molde y bañar con un almibar para que quede más esponjoso y humedo.
En un cuenco, poner agua fria y meter las hojas de gelatina para que hidraten.
Montar las claras a punto de nieve y añadirle la cucharada de canela. Reservar en el frigo.
Montar la nata y reservar tambien en la nevera.
Poner en un cazo la leche con la rama de canela y la piel del limon, poner a calentar, y justo cuando llegue a hervir, retirar del fuego. Dejar un par de minutos y retirar la piel del limon y la rama de canela.
Escurrir bien la gelatina y añadir a la leche, remover bien. Echar la leche condensada y remover. Añadirle las claras de huevo con la espatula, con movimientos envolventes para que no se bajen y por ultimo le ponemos la nata montada poco a poco.
Verter en el molde y dejar cuajar en la nevera. Lista para comer!!
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